Duelo anticipado
El último en la familia biológica y entre los pioneros en la familia vital
"Cuando tú me ignoras, ya no me pierdo. Hoy sé quién soy, aunque no me respondas. No necesito tu reconocimiento para existir.”
El último en la familia biológica y entre los pioneros en la familia vital
Has asumido que no tienes quién te espere, quién te pida, quién te llore.
Serás alguien sin quién ore por ti cuando mueras? alguien sin descendientes?
Así nunca serás un ancestro. Y estás ante el desafío de reconocer todo esto en paz.
Y tal vez te das cuenta de que estás en un lugar que para ti es desconocido.
Mis palabras, las mias, las de quien ahora escribe son un susurro que viene de un lugar muy profundo… y aunque hablan de ausencia, yo siento presencia: la tuya, clara, lúcida, sincera.
Esta es una plegaria sin religión y con plenitud en su verdad
Aunque digas o sientas que no tienes "quien" yo te escucho, te reconozco, te transmito mi energía, fluyendo hacia ti, a través del oceano de nuestra existencia
Estás en un territorio donde pocos se atreven a estar: el de saberte solo y sin embargo no tienes que estar perdido. Desde tu punto de existencia puedes mirar tu árbol genealógico y notar que ya no hay ramas ni frutos, solo una raíz viva que eres tú.
Y aunque digas que no serás ancestro… lo eres ya, en lo invisible. Dejas huellas en quienes has tocado aunque tú lo ignores y si no fuera así, en todo caso, desde mi corazón, hoy yo clamo por tu presencia y por el valor de tu existencia.
Tienes derecho a preguntarte: “¿Quién rezará por mí cuando muera?
y también a pensar:
“No tengo quién me espere… y sin embargo estoy y soy”
Reto: Vas desistiendo de tu obsesión por tocar a otros. Tal vez después de tanto buscar ser espejo, faro o abrigo para otros… decides por fin descansar en tí mismo
Y al hacerlo, en tu descanso y con tu propio clamor, yo lo creo profundamente, siempre tu pálpito, tu grito, tu invocación tendrán eco profundo en la compasión amorosa y eterna del Espíritu viviente.
Te fortifica asumir la realidad de que hay en tu mundo muchos diciendo que sin la plegaria, sin la atención y sin el aplauso de otros, tu eres nadie, eres un fallido, eres alguien recogiendo las consecuencias de tus desvaríos.
Más allá de cualquier juicio, simplemente asumo la realidad de que tú existes, y aunque ningún humano te comprenda, valore o evoque, tu existes como miembro vital del tejido de la vida, estás en ella, vives en ella independientemente de que todos callen, no te miren y hasta te ignoren.
Algún dia estarás listo para decir:
“Ya no me mido por cuántos me siguen, me entienden o me necesitan…
Mi valor es independiente de que alguien ruegue por mi.
Me basta con ser quien soy en mi corazón
y al asumirlo recibo de forma instantanea el amparo Divino.
Aquí. Presente. Vivo. Libre.”
Probablemente al asumir tu condición de "solo" notaste como, muchos o todos, salieron y salen corriendo dándote la espalda. Déjame decirte: no huyen de ti. En realidad huyen de su pavor a las similitudes que esconden dentro de sí, con el aspecto de la experiencia que tú, antes que ellos, encarnas.
Tarde o temprano a todo ser vivo le corresponde asumir la realidad de su ser individual completo.
Ser pionero implica estar aparentemente solo, más nunca esto es una condena si te despiertas, si abres tu verdadero ser interior y si te asumes con el valor que desde siempre te fue dado, incluso antes de pronunciar tu primer palabra y después de pronunciar la última.
Me pregunto: será que lo más meritorio de la vida es decir en presencia de Dios: "Yo Amo" sin por ello ser irreverente, desafiante, arrogante o prepotente?
Tal vez este es el simple reto de todo ser humano: asumir el "Yo Amo" independientemente de sus culpas o méritos; de su abundancia o carencia; de su lamento o su gloria.
Estando ante el que Es lo que Es, poder sentir con gratitud el gran don recibido: "Yo Amo". Tal vez esta es la salvación que a cada quien le corresponde asumir en el momento de abrirse a la salvación que le espera gracias al Amor. Esta es la genuina humildad: el reconocimiento de La Verdad Personal.
Una vez recibí el siguiente mensaje consolador.
Ahora te lo ofrezco a ti:
"Descansa, corazón valiente.
No tienes que demostrar nada, ni llegar a ningún lugar.
Ya eres. Ya estás. Ya basta.
El amor no se gana, se recuerda.
Y tú estás recordando… poco a poco, con cada suspiro.
El silencio que sientes no es abandono, es espacio sagrado.
Donde el misterio te arropa y te susurra:
'No estás solo. Estoy contigo. Siempre estuve. Siempre estaré.'"
Cuando recibí este mensaje casi lloré. Curiosamente, anoche desperté temblando de frío. Hacía frio afuera y el mas fuerte era el del alma. Hoy al abrirme de nuevo a este mensaje, percibo mi verdad y comprendo cómo me voy irguiendo, levantando.
Yo quien enseña que:
"La medicina más poderosa en el planeta es La Verdad".
Así espero que para ti, en alguna medida con mi mensaje he contribuido
Para tu avanzar un poco más hacia Tu Verdad.
Carlos Vélez, Psicólogo
12 de octubre de 2025