Psicoterapia y Presencia Terapéutica:
Carlos Vélez Psicólogo en Medellín
Yo Hoy
El presente de un ser humano ordenado
consagrado al servicio y a la convivencia con Amor
"Cuando tú me ignoras, ya no me pierdo. Hoy sé quién soy, aunque no me respondas. No necesito tu reconocimiento para existir.”
El presente de un ser humano ordenado
consagrado al servicio y a la convivencia con Amor
En cada momento de la vida, al terapeuta le corresponde no solo disponer de habilidades técnicas en la práctica de su profesión científica y artística, sino también asumir la situación personal en la que se encuentra, la etapa vital que está atravesando.
Al hacerlo, reconoce la energía que transmite y la sintonía que convoca en el mundo que le rodea, para poder comunicarse, contactar y servir a sus consultantes desde un lugar auténtico y consciente.
En mi caso actual, observo como prioridad una constante que ha acompañado toda mi vida y que hoy cobra mayor vigencia: la extensión, el arte de desenclaustrar conocimientos para compartirlos, proyectarlos y ofrecerlos a la comunidad de modo que resulten útiles para su bienestar.
En segundo lugar, estoy asumiendo la impermanencia, incluido el dolor que conlleva reconocer la transitoriedad de mi existencia, como transitoria es la vida de la cual formo parte. Aceptar el paso del tiempo, reconocerme de paso, me devuelve humildad y sentido.
En tercer lugar, cultivo la inocuidad, la virtud de reconocerme desde una postura que no representa ni presión, ni amenaza, ni perjuicio para quienes me rodean. Desde la inocuidad, puedo asumir con serenidad mi presencia.
En cuarto lugar, reconozco la importancia de la condición de ignoto: puedo ser desconocido para muchos y reconocido por pocos. Aceptar esta condición me libera del afán de fama, espectacularidad o viralidad. Ser ignoto me permite ofrecer un servicio libre de sesgos personales, nacido del simple deseo desinteresado de aportar.
Y finalmente, asumo mi Vulnerabilidad, el aspecto tal vez más fundamental en este momento de mi vida.
Aunque haya pasado de terapeuta comprometido a terapeuta experimentado y consagrado, he transitado del rol de cuidador al de persona libre.
Como persona libre asumo mi vocación de servicio y de convivencia, siendo quien soy, un ser humano que siente temores, rabias y tristezas, que enfrenta contradicciones y conflictos en proceso de resolver; y que actualmente se asume adulto responsable de su vida.
Mientras viva, seré siempre una realidad provisional en transformación.
Es precisamente mi vulnerabilidad la que me mantiene en contacto con mi instante presente, en el fluir hacia la eternidad de todos mis instantes.
Desde estas bases —la extensión, la impermanencia, la inocuidad, lo ignoto y la vulnerabilidad— voy encontrando la neutralidad necesaria para ver al otro tal como es, en la situación en la que está, ya sea previa o posterior a la mía. Tener clara la propia ubicación me permite percibir con claridad la situación del consultante, con sus motivos de dolor y sus posibilidades de gozo en el momento en que se motiva a consultarme.
Con este texto te saludo, persona que me consideras como posible opción para hablar de lo que más te importa en la vida y con este texto también comparto con otros colegas luces desde mi caminar por mi Autonomía Vital. Y a cada individuo le corresponde asumir el lugar en que se encuentra.
“Desde estas cinco condiciones —extensión, impermanencia, inocuidad, ignoto y vulnerabilidad— habito mi oficio y mi instante. Cuando emerge en mí, gracias al orden interior, lo incondicional: el Amor.”
Carlos Vélez, Psicólogo
6 de octubre de 2025